jueves, 27 de noviembre de 2014

Acortamientos, Acrónimos y Siglas

      Los acortamientos, acrónimos y siglas no forman palabras nuevas, sino que son reducciones gráficas, que en principio, tienen lugar sólo en la escritura; sin embargo, a menudo sucede que el uso de la abreviatura se acaba extendiendo también a la lengua hablada. En vez de pronunciar la expresión completa se pronuncian solamente las partes resultantes.

            Los acortamientos consisten en la reducción de la materia fónica de una palabra. El acortamiento se puede producir de dos maneras:
Ø  Por eliminación de los fonemas finales. Ejemplo: bici (bicicleta), cine (cinematógrafo), kilo (kilogramo), tele (televisión), etc.
Ø  Por eliminación de los fonemas iniciales que es menos habitual en los nombres comunes, pero es muy frecuente en el trato familiar en el uso de los nombres. Ejemplo: Nando (Fernando), Chelo (Consuelo), Beto (Alberto), etc.

Ejemplo con la palabra Apocalipsis
Apocalipsis = Ap.

            
  
            Los acrónimos son palabras formadas a partir de los acortamientos de otras. Esto sucede con palabras como Unesco, ovni (Objeto volador no identificado), Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). También son acrónimos las voces nuevas formadas uniendo el comienzo y el final de los dos términos de un compuesto, o sus partes interiores. Por ejemplo: autobús (AUTOmóvil- ómniBUS), informática (INFORmación-autoMÁTICA).
            Existen muchos acrónimos que se han formado en inglés y han penetrado en el español latino como préstamos.
     

            Las siglas son palabras formadas con las iniciales y otras palabras que forman un sintagma. Por lo general hacen referencia a organismos, instituciones y empresas, aunque su uso se está extendiendo a otros ámbitos.
            Ejemplos:
            COI.- Comité Olímpico Internacional
            SIDA.- Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida
            OEA.- Organización de los Estados Americanos
            INE.- Instituto Nacional Electoral



           
       

miércoles, 29 de octubre de 2014

La formación de palabras

LA COMPOSICIÓN Y DERIVACIÓN


            La palabra es una unidad lingüística formada por uno o más elementos mínimos que aporten significado, de modo que sea posible construir un significado nuevo  a partir de esa unión de sonidos o grafemas.


            La composición es un procedimiento de formación de palabras que consiste en unir dos o más raíces o palabras. Aunque es frecuente en la lengua española, no lo es tanto para otros idiomas.
Saca + corchos = sacacorchos
Agrio + dulce = agridulce
            Las palabras que se forman mediante composición se denominan palabras compuestas.
            Las palabras que se unen para formar una palabra compuesta pueden ser de muy diversos tipos
Verbo + sustantivo = rompecabezas
Adjetivo +  adjetivo = agridulce
Sustantivo + adjetivo= pelirrojo
Adverbio + verbo = maleducar
Sustantivo + sustantivo = hombre rana
Sustantivo + participio = radioaficionado

           
            La derivación es el fenómeno más común en la formación de vocablos nuevos. Consiste en añadir sufijos a las palabras que ya existen; de esta forma, se pueden formar nuevos sustantivos y verbos.

            “A partir de un elemento básico llamado lexema, raíz, base radical o base léxica simple, se le añaden otros elementos secundarios llamados terminaciones desinencias, o más genéricamente base sufijal.”[1] En conjunto son los afijos que incluyen los prefijos, y sufijos ya sean latinos y griegos, ya aumentativos, diminutivos, etc. Los afijos se agregan al lexema para derivar nuevas palabras.

            Los afijos pueden ser:
Ø  Prefijos: si van delante de la raíz (in-ducir, re-lucir)
Ø  Sufijos: si van detrás de la raíz (central-ita, treme-bundo)
Ø  Infijos: si van entre la raíz y el prefijo o sufijo (llora-d-era, polv-ar-eda)

            Los prefijos provienen generalmente del latín  y del griego.

            Los sufijos pueden tener una gran variedad de matices como:
Formar verbos: castigo-castigar
Aumentativos y diminutivos: grandote, pequeñito
Despectivos: Pueblucho
Profesión: cocinero, pintor
Origen: costeño, mexicano          



[1] Fuentes, Juan. “Gramática moderna de la lengua española”, México, D.F., 2011. P. 125

martes, 28 de octubre de 2014

Dificultades de definición de la palabra

        

           Al tratar de las lenguas o del lenguaje en general, siempre se ha hablado de la palabra. Pero la palabra ocupa en lingüística una posición paradójica, por lo que, tal vez, no se encuentra una definición satisfactoria y comúnmente aceptada. A veces, se la considera exclusivamente como unidad de la lengua sin referirla al habla.

            Si la unidad significativa mínima en el dominio del signo es el morfema, en el segundo nivel la unidad significativa mínima y libre es la palabra.

            La palabra constituye, al mismo tiempo, una unidad fonológica, una unidad formal, una unidad distribucional, una unidad funcional y una unidad semántica.

            Semánticamente, tiene un contenido significativo que tiende a ser concebido como unitario, como totalidad y, no como simple suma de los rasgos y elementos que en ella se analizan.


            Cada palabra tiene un significado propio de acuerdo a la región donde es utilizada, por eso muchas veces ocurre que en diferentes países, ciertas palabras no hacen referencia a lo mismo, incluso se refieren a cosas opuestas. 

               Por ejemplo la palabra "Apocalipsis"

         La palabra Apocalipsis corresponde al término griego apocalupsis que significa “revelación”, “poner al descubierto”, se trata de “la instrucción acerca de las cosas divinas antes no conocidas” y al referirse al libro del Apocalipsis se trata de la revelación de las cosas futuras relacionadas con la consumación del reino divino.

            En el lenguaje coloquial Apocalipsis se usa para señalar eventos catastróficos, de índole malévola que presagian el colapso total de la civilización y del fin del mundo. Ejemplo de ello es la película titulada “¡Apocalipsis!”.

lunes, 27 de octubre de 2014

La palabra como unidad lingüística

       La lengua es un sistema de comunicación formado por un conjunto de signos relacionados entre sí, según unas reglas establecidas. Está formada por unidades lingüísticas que se estructuran en distintos niveles.

         La palabra es la unidad lingüística formada por unidades más pequeñas (monemas) con un significado completo e independiente. Los monemas pueden ser: lexemas (contienen significado léxico) y morfemas (dotan a la palabra de significado gramatical).

            La unidad palabra está determinada por varias propiedades gramaticales generales y específicas de cada lengua. La palabra corresponde a la actividad psicológica de denominar o nombrar. Coincide con el concepto.

            La actividad lingüística se expresa al poner nombre a las cosas del mundo exterior, dicha actividad es universal y en cualquier lengua hay correspondencias entre objetos y formas lingüísticas; sin embargo la forma específica que desarrollan las lenguas para dicha actividad no es universal. En las lenguas indoeuropeas coincide la palabra con una entidad reconocible por ciertas propiedades gramaticales.

            La palabra en el criterio semántico representa el concepto. Aunque no se dispone de una teoría bien establecida de lo que es el concepto, se puede considerar que corresponde con una aprehensión de acontecimientos, procesos, estados, relaciones, etc. de objetos sensibles o inteligibles. El concepto de una mentalidad abstracta.


            La relación entre un concepto y un lexema es lo que forma la palabra.


domingo, 26 de octubre de 2014

Relación de la semántica y la lexicología con la morfología y lexicografía

            Al examinar las relaciones de la semántica y lexicología con otras ciencias como la morfología y la lexicografía, se encuentra lo siguiente:

            La morfología y la semántica estudian a la palabra. La primera lo hace describiendo las clases de palabras que existen, atiende a sus características en común: nombre, adjetivo, artículo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección, estudia la estructura interna de las palabras, su constitución, la descripción de sus formas. Es parte del léxico y estudia la formación de nuevas palabras, pretende poder analizar la estructura interna de una palabra para ser capaces de formar otras nuevas; en tanto la segunda analiza la palabra considerando su significado, analiza los cambios que se producen en los significados con el paso del tiempo y las nuevas palabras que se incorporan al léxico de la lengua.

            La lexicología y la lexicografía estudian la forma y el contenido de las palabras.
            La lexicología hace referencia a la lengua. Su finalidad es estudiar las relaciones que existen entre las palabras de una lengua dada, en un momento determinado, ocupándose de problemas de forma y de contenido. La lexicografía se relaciona con esta disciplina porque se ocupa de describir el significado de las palabras de un idioma en un momento dado, y suele exhibir sus resultados en la confección de diccionarios. La lexicografía se refiere al habla. Tiene por objetivo confeccionar listas de unidades léxicas, intentando aportar la mayor información posible de ellas. “Así, mientras la lexicología analiza desde una perspectiva teórica general y científica, la lexicografía tiene un cometido práctico: elaborar diccionarios”[1], en los cuales se ofrece informaciones de orden etimológico, categorial, combinatorio, semántico y contextual sobre cada uno de los términos censados.


[1] Díez, Carmen. “Las industrias de la Lengua: Panorámica para los Gestores de la información”, Madrid, España, 2004.  P. 61


miércoles, 8 de octubre de 2014

El papel de la lexicología y la semántica en el estudio del lenguaje

       La lexicología es una disciplina que se ocupa del estudio de las palabras; específicamente de las unidades léxicas de una lengua y de las relaciones sistemáticas que se establecen entre ellas.

            Estudia la formación de palabras en una lengua, sus posibles transformaciones y la clasificación de las unidades léxicas.

            Uno de los principales problemas de la lexicología ha sido y sigue siendo la definición de lo que habitualmente se llama palabra, ya que el término resulta demasiado impreciso y por lo tanto, se prefiere hablar de “unidades léxicas”, que acoge un ámbito más extenso y general de formas.

            La lexicología en el vocabulario del español, es el conjunto de palabras con que cuenta la lengua, no es fijo ni permanece estable. Las palabras cambian de forma y de significado. Con el paso del tiempo algunas desaparecen, mientras que surgen otras, necesarias para designar nuevos inventos, descubrimientos o cambios culturales.


            La semántica se refiere a los aspectos del significado, sentido o interpretación del significado de un determinado elemento, símbolo, palabra, expresión o representación formal. En principio cualquier medio de expresión (lenguaje formal o natural) admite una correspondencia entre expresiones de símbolos o palabras y situaciones o conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico o abstracto que puede ser descrito por dicho medio de expresión.

            La semántica en el lenguaje, llamada también semántica lingüística, es el estudio del significado de las palabras del lenguaje; contrasta con otros tres aspectos que interviene en una expresión con significado: la sintaxis y la pragmática.
            La semántica estudia el significado atribuible a expresiones sintácticamente bien formadas. La semántica examina el modo en que los significados se atribuyen a las palabras, sus modificaciones a través del tiempo y aún sus cambios por nuevos significados.


            Estudia el significado de las palabras, las relaciones semánticas que se establecen entre las unidades léxicas y los cambios semánticos.

Saludos
Después de un mes, ausente, otra vez vuelvo a publicar una entrada.
Durante este mes de octubre 2014, el tema a estudiar es: la semántica y la lexicología

domingo, 31 de agosto de 2014

Español Neutro

             
                El español neutro o internacional es un español que se caracteriza en el plano fonético y fonológico, por no tener acento regional; sin regionalismo en la entonación, sin regionalismo en el ritmo de habla, etc. Todo esto con el propósito de eliminar la identificación territorial de tal forma que no se pueda identificar el origen del hablante.


            El español neutro debe ser el mismo para un hablante hispano, de México, Argentina, Chile, etc. Se usa mucho en toda Hispanoamérica, no así en España, en situaciones como doblajes, traducciones, etc.


            Dentro de los aspectos morfosintácticos que se destacan en el español neutro, se encuentran los siguientes:

·         Ausencia de vosotros y sus formas verbales para la segunda persona plural.
·    Uso del pretérito perfecto simple (canté, comí, terminó, etc.) y no el pretérito perfecto compuesto (he cantado, he comido, ha terminado, etc.).
·         Uso del futuro morfológico (del tipo comeré), el cual en ocasiones se acompaña por el futuro perifrástico (voy a comer).
·         Traducción literal del idioma original.
·         Vasta presencia del proverbio hacer. Ejemplo: sí lo hice.
·         Escaso uso de tiempos compuestos.
·         Escaza presencia de conectores extraoracionales, que realizan las funciones de adición, oposición, causalidad, localización temporal, ordenación, reformulación, como: además, por lo demás, asimismo, para colmo, incluso, hasta, igualmente, del mismo modo, etc.
·         Las oraciones poseen estructuras sintácticas simples y esto lleva a una menor presencia de elementos coordinantes interiores.

            Este tipo de lengua pretende exponer un español sin connotaciones regionales, es decir, se trata de utilizar un español que sea en la medida de lo posible lo más formal.

            En cuanto a los rasgos semánticos más destacados, se encuentra el no tener regionalismos de vocabulario, la eliminación de modismos y la neutralización del campo semántico, ya que cada término tiene un significado conceptual, pero no significados asociativos.


viernes, 29 de agosto de 2014

Variación lingüística del español en América

             De los aproximadamente 450 millones de personas que hablan español, como lengua materna, más de 350 están en Latinoamérica; sin embargo se destaca la existencia de numerosas particularidades y giros idiomáticos dentro del español.


            Evidentemente no existe una homogeneidad en el español de Hispanoamérica. Hay diferencias notables, que no llegan a ser tan profundas como para impedir la comprensión entre los hablantes de los distintos países.

            La influencia de las lenguas amerindias en las áreas de bilingüismo histórico es un factor de diferenciación importante. Además, la propia evolución de las variedades de español americanas ha contribuido a enriquecer la diversidad del español americano, especialmente en la lengua oral popular.
           
            Entre los rasgos lingüísticos más destacados en la lengua de los hispanoamericanos se encuentran:

Rasgos Fonéticos: Si bien el rasgo fonético que caracteriza el español americano, por excelencia, es el seseo; es decir, la realización de /s/ y /θ/ como /s/; se ha registrado un tipo de ceceo, resultado de la neutralización de /s/ y /θ/, en algunas áreas de México, Centroamérica y República Dominicana, de las costas venezolanas, colombianas y ecuatorianas, entre otras.
            Otra característica es la pronunciación de la /s/ implosiva; las variedades más innovadoras aspiran o eliden la /s/ en regiones caribeñas y Antillas, Centroamérica, costas de Colombia, Venezuela y Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Oriente de Bolivia. En algunas regiones de Colombia, Venezuela y México también se registran la aspiración o elisión entre los estrados sociales más bajos y suele ser un rasgo socialmente rechazado.
            Otro aspecto que suele citarse como identificadores del español americano es el yeísmo; es decir, la neutralización de /y/ y /λ/ a favor de la primera. El yeísmo, a su vez tiene distintas realizaciones, desde una semiconsonante en la zona caribeña al rehilamiento argentino o uruguayo. Cabe mencionar que no existe yeísmo en toda el área americana, pues hay distinción de ambas palatales en Paraguay, Nordeste de Argentina, Bolivia, zonas andinas de Ecuador y Perú y en general en las zonas interiores de Colombia y Venezuela.
            La realización de la /r/ final es otro rasgo destacable en el español americano por la diversidad de sus distintas pronunciaciones, desde su pronunciación como vibrante alveolar similar a la castellana (México, Argentina a excepción del nordeste, sierra ecuatoriana, Perú, Bolivia, interior de Colombia y Venezuela) hasta su aspiración o elisión de la zona caribeña y de costas de Centroamérica, Ecuador, Colombia y Venezuela, Uruguay y Paraguay.
            Otro de los fenómenos fonéticos que se destacan es la neutralización de /r/ y /l/, que existe fundamentalmente por el Caribe y las Antillas, aunque también se documenta en los estratos sociales sin instrucción de Chile, Perú, Paraguay y Ecuador.

Rasgos Morfosintácticos: Entre algunos de los rasgos más significativos, se encuentra la duplicación mediante clíticos del objeto directo del tipo lo veo al niño (en Argentina y áreas de bilingüismo histórico).
            En el caso de los pronombres sujeto, hay un rasgo con el que siempre se caracteriza el área caribeña: el orden sujeto-verbo en oraciones interrogativas del tipo ¿qué tú quieres? similar al de las oraciones enunciativas.
            El voseo o empleo de la forma vos como segunda persona del singular está bastante generalizado en muchas áreas. Las conjugaciones verbales que acompañan esta forma pueden ser tanto diptongadas (vos cantáis) como no diptongadas (vos cantás). Se tiene presencia del voseo en países como Colombia, Paraguay, Argentina y Uruguay. 
            La anteposición de la preposición de ante que completivo (opino de que Juan ya no vendrá), el llamado dequeísmo, está bastante extendido en Colombia, Venezuela, Chile, Perú, Uruguay o Ecuador, incluso entre los estratos de población con nivel de instrucción alto.
            Otro fenómeno también generalizado es la sustitución de formas de imperfecto de subjuntivo por el presente de subjuntivo (él me dijo que lo haga) (él me dijo que hiciera), esta sustitución introduce en la frase un matiz de probabilidad de que la acción se realice, mucho mayor del que podría pensarse en la construcción con subjuntivo.

Rasgos Semánticos: Se presenta una influencia de lenguas indígenas en cada país, se hace un uso habitual de perífrasis, se hace presencia de extranjerismos como ballet, kétchup, sándwich, etc.
Algunos ejemplos en el nivel semántico son:
Ecuador: Me compré este saquito para ponerme a la noche, me costó bastante plata, pero es chévere, lo que en México significaría: Me he comprado esta chaqueta para ponérmela por la noche, me costó bastante dinero, pero es estupenda.



miércoles, 20 de agosto de 2014

Variación lingüística en España e Hispanoamérica

           
       La variación lingüística del idioma español es diferente al de las otras grandes lenguas como el inglés, el portugués o el francés, debido a que está bastante cohesionado, a pesar de que las condiciones en que tuvo lugar su fragmentación dialectal, y aun su propia existencia actual, fueron y han sido contrarias al ideal de unidad.

            La lengua española comenzó a expandirse antes que ningún otro idioma; las colonias se encontraban más alejadas que las de cualquier otra metrópoli, por lo que podría deducirse que las diferencias lingüísticas resultaran mucho mayor en la actualidad; sin embargo el español quiso ser herramienta para unificar y facilitar la comunicación entre las diferentes culturas.
           
            La variedad lingüística que se llevó de España a América durante los siglos XV y XVI fue la meridional, que se estableció en la Plataforma Antillana, desde donde se expandió a todo el continente.
            Por ese motivo, solo se extendieron por el continente algunos rasgos meridionales, como el seseo, pero no la aspiración de silbantes implosivas, la supresión de sonidos consonánticos, la relajación del fonema /x/, etc.

            Respecto a las muchas lenguas precolombinas, se reconoce que su influencia fue muy poca, salvo en algunas regiones específicas; la mayoría de veces en torno al léxico y sólo en algunos momentos en la fonética. Apenas se detectan rasgos que afectan a la morfología o a la sintaxis.

Algunas voces de las lenguas precolombinas aparecen por primera vez en el mismo diario de Colón, como canoa, hamaca, caníbal o cacique. Otras surgen paulatinamente en la literatura española de los siglos XVI y XVII, que posteriormente se emplearon por todos los hispanohablantes, como maíz, sabana, tabaco, tiburón, loro, guayaba, iguana, aguacate, cacahuate, chocolate, tiza, tomate, chicle, alpaca, guano, cóndor, papa, mandioca, tapir, etc.

            Aunque la lengua española tiende a la unidad, a diferencia del inglés o francés, no impide que existan variedades lingüísticas, especialmente en el nivel fonético y semántico.

            En fonética predomina una gran variedad de pronunciación tanto en España como Hispanoamérica; sin embargo no son muchas las diferencias, lo que permite su entendimiento.
            En España hay dos sonidos /s/ y /θ/= [th] (correspondientes a las grafías “s” y “z”) que en Hispanoamérica se neutraliza en /s/. A éste fenómeno se le conoce como el “seseo”, que también se registra en parte de Andalucía y en Canarias.
            En España la /t/ se pronuncia por separado, por ejemplo la palabra “atleta” se pronuncia “at-le-ta”, mientras en Hispanoamérica se pronuncia “a-tle-ta”.
            En algunas regiones de Hispanoamérica se neutraliza el fonema /y/ y /λ/ a favor de la primera.
            La pronunciación de la /r/ final es otro rasgo destacable en el español de América por la diversidad de sus distintas pronunciaciones.
            Finalmente, otro de los fenómenos fonéticos destacables que afectan a la vibrante, es la neutralización de /r/ y /l/, que se extiende fundamentalmente por el Caribe y las Antillas.

            En el plano semántico, el uso de neologismos del inglés es más frecuente en Hispanoamérica. Algunos ejemplos son:
España=Ordenador; Hispanoamérica= Computadora, computador
España=Ratón; Hispanoamérica= mouse
España= Pibe/tío/colega; Hispanoamérica= Chamaco/ pibel/ chico
España= Correo electrónico; Hispanoamérica= email/ e-mail

            En México se puede escuchar la frase vio el carro de bomberos y se paró en la banqueta, lo que en España correspondería vio el coche de bomberos y se quedó de pie en la acera.

            La variación lingüística está ligada a los hablantes que la usan, a la cultura y sociedad en sí. Lo que define cada variedad de la lengua es su relación con la sociedad: quién, cuándo usa la lengua y en qué modo lo hace.

            Como expresa el autor Hualde “se puede constatar la variación lingüística (o diferentes maneras de hablar español) observando todos los niveles de la lengua: el nivel fonológico, fonético, morfológico, sintáctico, semántico y hasta léxico.”

jueves, 31 de julio de 2014

Formas de comprensión del lenguaje

           
                  La comprensión del lenguaje es un tema complicado y puede ser abordado desde diferentes puntos.


            La exposición se agrupa en torno a tres núcleos fundamentales: reconocimiento de palabras, comprensión de oraciones y comprensión de unidades lingüísticas superiores a la oración, como los textos de discursos. 

              El orden seguido viene dado por la secuencia temporal en que los mismos ocurren. Es imposible comprender una oración sin haber reconocido y comprendido las palabras componentes en su totalidad o en su mayoría, y lo mismo se puede decir acerca de los textos; es condición indispensable que previamente a llegar al contenido global de un texto se haya identificado el significado de las oraciones individuales.

Para más información de este tema lee el artículo: Sintaxis, Semántica y Pragmática

martes, 15 de julio de 2014

Breve reseña histórica de la Lingüística

        Al iniciar una breve reseña de la historia de la lingüística es necesario definir el significado y alcance de la palabra lingüística. En su acepción más amplia y general, se puede decir que la lingüística es la ciencia del lenguaje y abarca por lo tanto todos los estudios que tengan por objeto el lenguaje o algunos aspectos del lenguaje. En un plano más exclusivo, la lingüística tiene como objeto de estudio a la lengua.

            Dentro del campo de la Historia de la Lingüística entran: la Gramática, la Filología, la Lingüística comparada de carácter histórico o diacrónico, la Lingüística descriptiva o sincrónica, la Lingüística general, la Teoría del Lenguaje, la Filosofía del Lenguaje, etc.

            El avance de las ideas sobre el lenguaje aparece inicialmente en la Biblia, con ciertas alusiones de carácter etimológico o en consideraciones ingenuas y primitivas sobre el lenguaje hablado en los egipcios.

            En la antigua Grecia el lenguaje es visto desde un punto de vista filosófico y atendiendo exclusivamente a su propia lengua. Esta actitud filosófica se halla en Roma, en la Edad Media, en el Renacimiento y continúa hasta la actualidad.

            Los griegos comenzaron por organizar lo que se llamaba gramática, se proponían únicamente a dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas de la lengua; dicho estudio fue seguido por los franceses. Después apareció la filología, se asocia con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf a partir de 1777.

            En el siglo XVIII comienza a desarrollarse una ciencia del lenguaje independiente de la filosofía. Se tiene en cuenta la diversidad de lenguas existentes y se pone atención a la evolución constatable que han tenido esas lenguas. En 1816 Franz Bopp estudió las relaciones que unen el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc.

           La lingüística propiamente dicha, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Pero la gran revolución, la transformación total se produce con el suizo Ferdinand Saussure, en el siglo XIX, que dejando a un lado los estudios tradicionales de la lengua escrita y los escritos historicistas de la evolución y relaciones entre las lenguas, analiza el lenguaje a partir de la expresión oral dada en un momento determinado, es decir, en el actual. Así nace la lingüística estructural moderna. Él sentó las bases que convirtieron a la lingüística en una ciencia, principalmente al definir el objeto de estudio.




            En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo, en donde hay un desplazamiento del foco de atención que pasa de ser la lengua como sistema a la lengua como producto de la mente del hablante, la capacidad innata para aprender y usar una lengua. Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua es genética.



            A finales del siglo XX toma fuerza la escuela conocida como funcionalista, esta corriente considera que el lenguaje no puede ser estudiado sin tener en cuenta su propia función: la comunicación humana. La figura más destacada de esta corriente es el holandés Simon Dik.


            Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje y han configurado el panorama de la lingüística actual, de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística.