La situación por la que atravesó el país a partir de la consumación de la Independencia y la solución de asuntos vitales relegó los aspectos de orden natural, por lo que las condiciones propicias que favorecerían el desarrollo de las actividades literarias no surge de manera inmediata.
El trabajo editorial, principal vehículo a partir del cual se desarrollaría el Costumbrismo, se encontraba en atraso respecto al de otros países. La inestabilidad de la nación se manifiesta en las publicaciones literarias del momento.
El Costumbrismo literario consiste en reflejar los usos y costumbres sociales sin analizarlos, ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraría en el realismo literario, con que el que se haya directamente relacionado.
El Costumbrismo se limita a la descripción de lo más externo de la vida cotidiana. Por lo general, se manifiesta en prosa más que en verso. El género que ha registrado grandes obras costumbristas, es el teatro.
El Costumbrismo desde la perspectiva romántica rescata lo tradicional y lo regional de cada país y la necesidad de identificación nacional que prevalecía en México durante las primeras décadas de vida independiente.
Entre los autores más destacados del movimiento Costumbrista, se encuentran: Ángel del Campo “Micros”, Miguel Abreu Gómez, Manuel Payno y Luis Gonzaga Inclán.
El Realismo es una corriente estética de las artes, que se difunde en toda Europa en la segunda mitad del siglo XIX y que tiende a la representación de lo real y lo concreto, evitando cualquier tratamiento idealizador o subjetivo. El Realismo intenta reflejar la realidad externa de forma objetiva y despersonalizada por medio de la observación y la documentación. Por ello utiliza como género principal la novela.
Los novelistas más sobresalientes de México son: Emilio Rabasa, Rafael Delgado, Ángel del Campo, José López Portillo, Federico Gamboa y Bustamante.
“Las novelas pertenecientes a este movimiento muestran trozos de una realidad comprendida en un tiempo y en un espacio determinados donde se desenvuelven seres que viven inmersos en una sociedad y condicionados por ella y por su propia historia personal.”[1]
El Naturalismo surge como una derivación del Realismo, que tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana.
El Naturalismo en México, es también llamado Indigenismo y tiene como principales representantes a Federico Gamboa, Ignacio M. Altamirano y Vicente Riva Palacio. Es un movimiento que abarca desde 1850 hasta 1900.
El Naturalismo traza las costumbres de la urbe porfiriana en un ambiente de miseria material y espiritual. Se basa en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos.
Los escritores naturalistas representan a sus personajes en situaciones extremas de pobreza y marginación, con el fin de poner al descubierto a quienes perjudicaban la sociedad.
[1] Franco Bagnouls, Op. CIt. P. 179
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