
Dentro del campo de la Historia de
la Lingüística entran: la Gramática, la Filología, la Lingüística comparada de
carácter histórico o diacrónico, la Lingüística descriptiva o sincrónica, la
Lingüística general, la Teoría del Lenguaje, la Filosofía del Lenguaje, etc.
El avance de las ideas sobre el
lenguaje aparece inicialmente en la Biblia, con ciertas alusiones de carácter
etimológico o en consideraciones ingenuas y primitivas sobre el lenguaje
hablado en los egipcios.
En la antigua Grecia el lenguaje es
visto desde un punto de vista filosófico y atendiendo exclusivamente a su
propia lengua. Esta actitud filosófica se halla en Roma, en la Edad Media, en
el Renacimiento y continúa hasta la actualidad.
Los griegos comenzaron por organizar
lo que se llamaba gramática, se proponían únicamente a dar reglas para
distinguir las formas correctas de las formas incorrectas de la lengua; dicho
estudio fue seguido por los franceses. Después apareció la filología, se asocia
con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf a partir de 1777.
En el siglo XVIII comienza a
desarrollarse una ciencia del lenguaje independiente de la filosofía. Se tiene
en cuenta la diversidad de lenguas existentes y se pone atención a la evolución
constatable que han tenido esas lenguas. En 1816 Franz Bopp estudió las
relaciones que unen el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc.

En el siglo XX el lingüista
estadounidense Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo, en
donde hay un desplazamiento del foco de atención que pasa de ser la lengua como
sistema a la lengua como producto de la mente del hablante, la capacidad innata
para aprender y usar una lengua. Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua
es genética.
A finales del siglo XX toma fuerza
la escuela conocida como funcionalista, esta corriente considera que el
lenguaje no puede ser estudiado sin tener en cuenta su propia función: la
comunicación humana. La figura más destacada de esta corriente es el holandés
Simon Dik.
Tanto el generativismo como el
funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje y han configurado
el panorama de la lingüística actual, de ellas y de sus mezclas arrancan
prácticamente todas las corrientes de la lingüística.
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