lunes, 30 de diciembre de 2013

Realismo y Naturalismo en Italia

           Durante el siglo XIX Italia tiene un menor desarrollo industrial que otros países europeos, por lo que la novela realista y naturalista tardan más en consolidarse.
           
            En Italia el Realismo y Naturalismo se conocen como Verismo y su autor principal es Giovanni Verga con su obra maestra titulada Los Malavoglia (Los Malasangre), también se destacan Luigi Capuana, Matilde Serao, Girolamo Rovetta, Grazzia Deledda y Renato Fucini. Se trata de una literatura no tan popular, menos combativo, más moderado en sus conclusiones y tuvo un carácter más aristocrático que el naturalismo.

            En la obra Historia de la literatura italiana de Graciliano González se encuentran como características principales del verismo italiano las siguientes:

            1 La búsqueda de lo verdadero.- de aquí se origina el nombre de verismo. La norma primera del verismo es “extraer directamente de la verdad”, es decir, presentar una literatura proveniente directamente de la vida real.

            2. Interés por el hombre.- Búsqueda del hombre concreto contemporáneo.

            3. La impersonalidad del autor.- En la obra el autor debe hacer un esfuerzo para eliminar los elementos subjetivos, fantásticos, sentimentales o intelectuales y por quedar al margen, sin intervenir en la obra, sin emitir sus juicios, sin violentar nunca la dinámica y la lógica interna del personaje, ni hacerlo instrumentos de las tesis del autor.

            4. El lenguaje y el estilo verista.- La lengua debe apegarse lo más posible al lenguaje hablado propio de cada personaje y señalar con inmediatez las cosas, los ambientes y las situaciones psicológicas representados en la obra.

            5. El método narrativo verista.- El escritor tiene que observar atenta y minuciosamente la realidad para llegar a formarse una conciencia clara y documentada del ser humano.

            6. El arte como forma viviente.- El autor tiene que convertir el documento humano en “forma viviente”, autónoma e impersonal. Es decir, el escritor debe hacer un trabajo de creación artística, realizando el proceso que va desde el documento humano hasta la forma viviente más adecuada para conseguir una obra de arte.

            7. Carácter regionalista del verismo.- Supone salir de la universidad abstracta y genérica de literatura tradicional y llegar hasta la vida particular y concreta de los hombres en sus propios ambientes, con sus tradiciones, sus modos de pensar, con las pasiones elementales que se agitan dentro de las gentes. De este modo se llega a la sociedad italiana, rica en variedades étnicas y con culturas muy diferentes según las regiones.

            8. La hegemonía de la narrativa y del teatro.- El verismo tiene necesidad de un instrumento adecuado para poder desarrollarse. Su expresión fundamentalmente es a través de narraciones.



jueves, 19 de diciembre de 2013

Realismo y Naturalismo en Alemania

           En 1871 hubo en Alemania una novela realista que se refería a temas sociales contemporáneos. Surge también un naturalismo de tipo paisajista que exalta el campo y las idiosincrasias de la aldea, las tradiciones, etc.
            Esta tendencia, explica el autor Esteban Tollinchi “se intensificó a fines del siglo XIX en la obra folklorista de W.H.Riehl o en los llamados Heimatdichte y en 1880, Theodor Fontane se desarrolla como un gran retratista de la sociedad contemporánea y después de 1890, todo tipo de influencia extranjera entró en el país”.[1]
            Posteriormente y bajo la influencia de los realistas daneses, apareció la primera gran novela realista de la literatura alemana: Buddenbrooks de Thomas Mann.


[1] Tollinchi, Esteban “Los trabajos de la belleza modernista: 1848-1945”. P. 260


viernes, 13 de diciembre de 2013

Realismo y Naturalismo en Inglaterra

           En Inglaterra fue Henry James quien primero adoptó las ideas realistas y naturalistas de la novela, a pesar de que protestaran tan vehemente sobre la estrechez de dicho realismo. El naturalismo propiamente dicho, llegó al país a fines del siglo XIX, con George Moore (el principal discípulo inglés de Zola).
           
           A partir de los años noventa surge un género de novela dedicado a los arrabales londinenses, se describen los ambientes más horribles de la miseria urbana. Las descripciones más sobresalientes de dichos ambientes se encuentran en las novelas de George Gissing. Pero el naturalismo terrible tuvo corta vida en Inglaterra.
          
           En el siglo XX los novelistas más destacados son Bennett, H.G. Wells, John Galsworthy, E.M. Forster y D.H. Lawrance.  
           
            También  destaca Charles Dickens con su obra Oliver Twist, David Copperfield  con Papeles del Club Pickwick.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Realismo y Naturalismo en la novela del siglo XIX

          El Realismo y Naturalismo surgen en la segunda mitad del siglo XIX, como una oposición al Romanticismo. En esta época comienza un desarrollo inusitado de la industria, con ello crece la ciudad en perjuicio del campo, aumentan los medios de comunicación y transporte, se consolida la burguesía y aparece el proletariado.

            El Realismo y Naturalismo en la novela del siglo XIX se caracteriza por:
Ø  La preocupación del individuo en particular, no en general
Ø  Se reflejan los problemas cotidianos y de la realidad circundante
Ø  Se reproducen con exactitud paisajes, ambientes, etc.
Ø  Representa el equilibrio frente a la exaltación romántica. Se busca la perfección
Ø  Las obras contienen un tema moral o social
Ø  Se pierde lo poético y predomina lo conceptual

            En el Realismo la novela suele tener un individuo con problemas que aspira a conseguir unos valores auténticos, pero que se encuentra con una sociedad degradada que le imposibilita encontrarlos. No se concibe otra respuesta al conflicto, que el pacto entre sociedad e individuo problemático, aún a costa de sacrificar éste sus ideales más puros.

            En la novela del Naturalismo se escribe para resolver problemas de la vida corriente; ya no hay individuos problemáticos, sólo individuos miembros de una especie, determinados por ella. Ahora se niega  un pacto entre la libertad individual y la realidad social, pues ésta impone siempre sus condiciones, de ahí que la única solución válida es el estudio empírico de los problemas.




Para este mes de Diciembre 2013, el tema a estudiar es el "Realismo y Naturalismo en países no hispanos."
Un saludo y gracias por visitar este blog.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Oración Compuesta y Compleja

CLASIFICACIÓN TRADICIONAL: YUXTAPOSICIÓN, COORDINACIÓN Y SUBORDINACIÓN.
            Según la estructura, hay dos clases de oraciones: las simples y las compuestas.
            La oración simple contiene un sintagma nominal en función de sujeto y un sintagma predicativo en función de predicado.
            La oración compuesta es la oración que está formada por más de un verbo en proposiciones independientes y pueden ser de diferentes tipos.
            La oración compleja es la que está formada por varios dependientes. La oración compuesta tiene dos sujetos y dos predicados, como se muestra en el siguiente ejemplo:



            La clasificación tradicional se divide en: oraciones yuxtapuestas, coordinadas y subordinadas.

            Yuxtaposición: Son oraciones que se caracterizan porque van colocadas juntas sin ningún nexo gramatical, aunque su misma colocación las une para de alguna manera completar un sentido. Las oraciones de yuxtaposición están separadas por una coma, punto y coma o dos puntos; cada una de estas oraciones puede aparecer aisladamente.
Ejemplo: El cielo estaba despejado, brillaban las estrellas.
Rodolfo, además de viajar, practica tenis.

            Coordinación: Las oraciones coordinadas están unidas o enlazadas por conjunciones coordinantes, cada proposición posee sentido completo, sintácticamente las proposiciones son independientes entre sí, aunque gracias a las conjunciones constituyen una oración compleja.
           
            Las oraciones coordinadas pueden ser:
Copulativas: Se suceden sumándose unas a otras. Usan las conjunciones y, e, ni, además de, junto con, amén de,
Ejemplo: El jardinero plantó la rosa y nosotros mirábamos
Mi padre, además de sus compañeros, asistió a la manifestación
            La conjunción e sustituye a y cuando la palabra que le sigue comienza por sonido vocálico de i.

Disyuntivas: Se presentan en las situaciones en que una excluye a la otra, con conjunciones disyuntivas o, u, o bien
Se repone o se muere
La estaca florece o bien se seca

 Distributivas: En acciones alternativas pero no excluyentes, las conjunciones distributivas son ya…ya, bien…bien, ora…ora, unas veces…otras, uno(s)…otro(s), este…aquel, aquí…allí.
            Algunos ayudaban al jardinero, otros agarraban la culebra
            Unas veces sufría, otras buscaba el remedio

 Adversativas: Expresan acciones que se contraponen y enfrentan. Son conjunciones adversativas: más, pero, aunque, sino, antes, antes bien, sin embargo, por lo demás, no obstante, salvo, menos.
            Quisiera ayudar, pero no sabría
            Estuvo muy mal; sin embargo se repuso.

Explicativas: Aclaran el significado de la oración anterior. Las conjunciones explicativas son: esto es, o sea, es decir.
Escarbaba, esto es, limpiaba de maleza el jardín
Me gusta el guacamole, o sea, una ensalada con aguacates triturados

            Subordinación: Las oraciones subordinadas son las oraciones auténticamente compuestas. Como es lógico en su estructura profunda, son dos oraciones diferentes, que por diversas transformaciones, la subordinada se incrusta en la principal.  La oración subordinada puede desempeñar tres funciones diferentes:
·         Si es la de un sustantivo será subordinada sustantiva
·         Si es la de un adjetivo será subordinada adjetiva
·         Si es la de un adverbio será subordinada adverbial

Oraciones subordinadas sustantivas: son aquellas que dentro de una oración compuesta desempeñan las funciones propias del sustantivo.
Oímos que los perros ladraban
Oración principal o subordinante: Oímos
Nexo subordinante: que
Oración subordinada: los perros ladraban

Oraciones subordinadas adjetivas: Tienen la función de modificar a un sustantivo, llamado antecedente. Estas oraciones van siempre introducidas por un pronombre relativo (que o quien).
David, quien es el más rápido, fue rebasado.
Oración principal o subordinante: David fue rebasado
Nexo subordinante: quien
Oración subordinada: es el más rápido

Oraciones subordinadas adverbiales: Las oraciones subordinadas adverbiales tienen la misma función que un adverbio al modificar el verbo principal, y pueden ser de modo, tiempo, lugar, etc.
Entramos cuando comenzaba la película.
Oración principal o subordinante: Entramos
Nexo subordinante: cuando
Oración subordinada: comenzaba la película


martes, 26 de noviembre de 2013

Oraciones: Clasificación de las Oraciones

SEGÚN SU ESTRUCTURA
Se clasifican en Unimembres y Bimembres.

Unimembres: Son las oraciones que no tienen sujeto, es decir que son impersonales. Son las que forman un solo bloque y no se pueden dividir en sujeto y predicado, pero tienen sentido completo. Dichas oraciones no permiten que su verbo cambie de número; es decir, si el verbo, aparece en singular no puede cambiar a plural, y viceversa. Son predicados directos, pues no se pueden dividir en sujeto/predicado. Tienen la particularidad de estar formadas por una o pocas palabras.
            Las oraciones unimembres se clasifican en:
            Las interjecciones: palabras o grupos de palabras que expresan un estado de ánimo o una emoción y tienen sentido completo.
            ¡Qué calor!
            Llovió toda la noche
            ¡Qué barbaridad!
            Las oraciones que se refieren a fenómenos naturales, son unimembres porque los verbos son impersonales, es decir, no se pueden conjugar.
            Nieva en Europa.


Bimembres: Son las oraciones cuya estructura está formada por sujeto y predicado.  El sujeto es quien realiza la acción y el predicado es la acción que realiza el sujeto.
            Ejemplo:
            Los ancianos merecen nuestro respeto.
            Luis trabaja en correos
            Las fotos salieron muy bien
            En ocasiones, en las oraciones bimembres no aparece el sujeto, pero se sabe quién realiza la acción porque lo expresa la terminación del verbo. Se llama sujeto tácito u omitido.
            Ejemplo:
            Llegaron a las ocho


SEGÚN SU MODALIDAD

-Enunciativas: Si el hablante se limita a emitir la oración sin que con ello espere ningún tipo de respuesta.
Pueden ser:
Afirmativas.- Cuando la enunciación se hace positivamente: hace frío, tengo hambre.
Negativas.- Cuando se enuncia algo con una negación. Llevan algunas de las formas: no, nunca, jamás, nadie, nada, ninguna, ni o de las frases: Nadie lo ha pedido, nunca lo vi, no lo vi nunca.

-Interrogativas: Si el hablante, con sus palabras, pide la respuesta hablada del oyente.
·         Se detectan por la entonación, en la conversación.
·         Van precedidas y seguidas de signos ortográficos especiales ¿…? en la escritura.
            Pueden ser totales o parciales. Las primeras preguntan por todo, o lo que viene a ser lo mismo, no suponen conocido algo: ¿Viene alguien?, ¿Decías algo? Y las parciales, suponen saber algo y preguntar por una parte o detalle: ¿Qué?, ¿Quién?, ¿Cuál?, ¿Cuándo?, ¿Cuánto?, etc.

-Exclamativas: Con ellas el hablante expresa algún matiz afectivo o emocional: ¡Qué frío tengo!, ¡Tremendo problema!
            Puede ser: un desahogo, extrañeza, sensaciones físicas o morales, etc.
·         En la escritura van entre signos de exclamación
·         En la conversación van marcadas por una intensidad de tono en el hablante, con rápido ascenso y descenso.

-Dubitativas: Son las oraciones que expresan duda y van precedidas por los adverbios acaso, tal vez, quizá o quizás, o las formas: posiblemente, seguramente, probablemente; también dan lugar a oraciones de esta clase las perífrasis verbales: poder + infinitivo y deber de + infinitivo (Juan aún puede llegar; deben de ser las diez), lo mismo ocurre con el condicional y el futuro de indicativo, simples o compuestos: (habrán sido unos veinte; serán las diez, habrán dado las diez). Con los tiempos simples se expresa la posibilidad en el pasado, no actual ya. Las de dudas pueden ir en indicativo o subjuntivo; el segundo acentúa su valor dubitativo o de improbabilidad; (seguramente viene ya/ seguramente venga ya).

-Optativas o Desiderativas: Son las oraciones que expresan un deseo o una ilusión del hablante y aunque pueden darse sin partículas introductoras especiales (¡Me gustaría mucho!), es frecuente que lleven fórmulas de introducción: ¡Ojalá apruebes!, ¡Si pudiese!, ¡Quien lo alcanzará!
            Pueden expresar un deseo realizable o irrealizable. Esto último por tratarse casi siempre de una oportunidad ya superada por el tiempo, una posibilidad en el pasado que ya no tiene opción en el presente; suelen ir con un pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo (¡Cómo me hubiera gustado estar presente!) y alguna vez con imperfecto del mismo modo (¡Ojalá viviera!) y aun potencial compuesto (¡Me habría gustado verlo!).
            El deseo realizable suele usar el presente de subjuntivo (¡Ojalá venga!) y a veces el imperfecto y aun perfecto de dicho modo (¡Si viniera!, ¡Ojalá haya llegado!), así como el potencial simple (¡Cuánto me alegraría!).

-Exhortativas o Imperativas: En ellas se expresa un ruego o una orden que implica para el oyente una acción. Traiga esto.
            El que contengan un ruego o una orden, depende ya de la situación. Pueden ir en imperativo (el tiempo más frecuente): Ve y pídele perdón, en presente de indicativo: Vas y le pides perdón, en futuro imperfecto de indicativo: Irás y le pedirás perdón, en infinitivo: ¡A escribir se ha dicho!, pero con preposición.


domingo, 24 de noviembre de 2013

El Vocativo

           Se denomina vocativo a la herramienta gramatical que se emplea para invocar, nombrar.
            El vocativo suele ser el nombre propio de una persona, de forma que se utiliza a menudo, por ejemplo al decir:
Ven aquí Juan
Estate tranquilo, Pedro
¿Qué comida vas a pedir, Teresa?
            El vocativo es cumplido de forma natural por los nombres propios y los pronombres de segunda persona. Pero también los nombres comunes pueden cumplir esta función, en especial, cuando denotan alguna propiedad del locutor, como la edad (niño, joven, muchacho, abuelo, etc.), la profesión (doctor, profesor, conductor, etc.) o el rango (majestad, señoría, capitán, ministro, etc.).
            Ejemplos:
            ¡Qué bien nos la pasamos ayer, abuelo!
            ¿Qué le pasa, profesor?
            ¿Cómo ha ido el día, capitán?
            Lo que usted diga, majestad

            En cuanto a la posición en la oración, el vocativo puede ir en cualquier lugar, tanto al principio, a mitad de la oración o al final de la misma.  Tiene la particularidad, en general de ir rodeado por comas. Al tratarse de un elemento con intención externa a la propia oración, se interrumpe el fluir de la misma, por lo tanto es normal que se haga una pausa gramatical al pronunciar el vocativo.


jueves, 21 de noviembre de 2013

El Adyacente Oracional

          
Los adyacentes se caracterizan por explicar la referencia del sujeto gramatical o morfológico.
 
            Todo tipo de complementación en un sentido amplio es una adyacencia o incidencia de un sintagma sobre otro para precisarlo, determinarlo, explicarlo o complementarlo de algún modo. Se llama incidencia a la relación sintáctica de un elemento respecto a otro, en torno al cual gira y sin el cual no puede aparecer, al que modifica y con el que forma unidad funcional y semántica.

            El adyacente oracional, por lo tanto, es aquel elemento funcional que incide sobre otro formando con él, unidad de rango superior y, que aporta una función semántica especificativa, de delimitación, concreción.

            La forma verbal es el núcleo de la oración. Los demás componentes que pueden aparecer en la oración en torno al núcleo son términos adyacentes.

            Las clases de adyacentes que hay son:
·         Adyacente preposicional de participio referido al agente: la noticia es divulgada por la prensa.
·         Adyacente atributivo del sujeto: el abogado vivía tranquilo.

            En un sentido del término adyacente, éste es la unidad sintáctica subordinada a un núcleo. Por ejemplo: escribe una carta a su amigo, tanto una carta como a su amigo son términos “adyacentes” que dependen del núcleo verbal escribió. En la casa blanca, blanca es un adyacente de un núcleo sustantivo.

            En una acepción distinta, se dice que un elemento es adyacente a otro, cuando ambos ocupan posiciones contiguas en una secuencia. Por ejemplo: María escribe cartas rápidamente.


martes, 19 de noviembre de 2013

La estructura del Predicado

             El predicado es la parte principal de la oración lingüística, pues sin su núcleo (el verbo), no existe la oración. Por lo general, el verbo va acompañado por unos grupos de palabras, a menudo llamados adverbios, adjetivos o grupos nominales, que funcionan como complementos.

            El verbo es el núcleo del predicado y por lo tanto la parte más esencial e importante. Una forma verbal por sí sola puede constituir, no sólo el predicado completo, sino la oración completa.

            En los siguientes ejemplos se demuestra como la forma verbal conjugada lleva en sí su sujeto implícito, sin necesidad de nombrarlo.

·         ¡Triunfamos! (nosotros)
·         Descansen (ustedes)
·         Llegaste (tú)

            Fundamentalmente existen dos tipos de predicado:

            El nominal, que contiene un verbo copulativo o de estado, como ser, estar, parecer y, un atributo.
Ejemplo: los chicos están cansados
            Dentro del predicado nominal, además del verbo copulativo y el atributo, pueden aparecer complementos circunstanciales.

            El verbal, que contiene un verbo copulativo sin atributo o cualquiera de los demás verbos que representan acciones.
Ejemplo: Los libros están en la estantería
            Los niños estudiaron la lección



            Los complementos del verbo son:
Complemento directo: María compró juguetes
Complemento indirecto: María compró juguetes a sus hijos
Complemento circunstancial: María compró juguetes a sus hijos ayer
Complemento agente: El cantante fue aplaudido por los espectadores
Complemento predicativo: María salió contenta
Suplemento: Los chicos confiaron en sus padres

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las funciones sintácticas: el Sujeto

            El término sujeto hace referencia a una de las funciones básicas de la oración. Muchos autores modernos afirman que la oración es una unidad lingüística compuesta por la unión de un sujeto y un predicado.  “R. Seco afirma que la oración es la expresión de un juicio en el que hay un sujeto, la persona o cosa de quien se afirma algo, y un predicado, que es aquello que se afirma del sujeto.”[1]

            De tal modo, el sujeto es la persona, animal o cosa que realiza la acción expresada por el verbo; pero ésta definición es muy poco certera, porque en numerosos casos, el sujeto  no realiza ninguna acción en la oración.

            Existe otra definición independiente de los aspectos semánticos y conceptuales, pero mucho más certera y fiable para poder reconocer y delimitar el sujeto de la oración respecto de otras funciones de la oración. De acuerdo a dicha definición la función del sujeto es la que desarrolla el elemento de la oración que carece de preposición y que presenta una concordancia de número y persona obligatoria con el verbo.

            Ejemplos:
            El niño es inteligente          -           los niños son inteligentes
            Me duele la mano               -           me duelen las manos
            Tú tienes mucho dinero     -           Ellos tienen mucho dinero

            Los sujetos son “el niño”, “la mano” y “tú”, respectivamente, pues son los elementos que al modificar su número y/o persona, conllevan una modificación correlativa en el verbo.

            Por ello actualmente, se considera el sujeto como un complemento verbal subordinado al verbo y estrechamente unido a él.



 
 

[1] Camacho, José. “Funciones sintácticas: El sujeto”, Madrid, 2005. P. 3