El término sujeto hace referencia a una de las funciones básicas de la oración. Muchos autores modernos afirman que la oración es una unidad lingüística compuesta por la unión de un sujeto y un predicado. “R. Seco afirma que la oración es la expresión de un juicio en el que hay un sujeto, la persona o cosa de quien se afirma algo, y un predicado, que es aquello que se afirma del sujeto.”[1]
De tal modo, el sujeto es la persona, animal o cosa que realiza la acción expresada por el verbo; pero ésta definición es muy poco certera, porque en numerosos casos, el sujeto no realiza ninguna acción en la oración.
Existe otra definición independiente de los aspectos semánticos y conceptuales, pero mucho más certera y fiable para poder reconocer y delimitar el sujeto de la oración respecto de otras funciones de la oración. De acuerdo a dicha definición la función del sujeto es la que desarrolla el elemento de la oración que carece de preposición y que presenta una concordancia de número y persona obligatoria con el verbo.
Ejemplos:
El niño es inteligente - los niños son inteligentes
Me duele la mano - me duelen las manos
Tú tienes mucho dinero - Ellos tienen mucho dinero
Los sujetos son “el niño”, “la mano” y “tú”, respectivamente, pues son los elementos que al modificar su número y/o persona, conllevan una modificación correlativa en el verbo.
Por ello actualmente, se considera el sujeto como un complemento verbal subordinado al verbo y estrechamente unido a él.
[1] Camacho, José. “Funciones sintácticas: El sujeto”, Madrid, 2005. P. 3
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