LA NOVELA PEDAGÓGICA DE MONTENGÓN
Montengón es un auténtico educador que se sirve de la
novela para transmitir su mensaje pedagógico.
La obra de Montengón se mueve
siempre entre un ideal y una realidad. El ideal, así tratado, la educación del
hombre, no es una meta imposible, algo que esté situado en el reino de la
utopía, sino que es alcanzable por medio de una educación adecuada, y esta
pedagogía propugnada por Montengón no tiene nada de idealista.
Promueve una serie de consejos y
hasta de disciplinas aplicables a la educación. Montengón nunca pierde de vista
la utopía pero dicha utopía es ya un fin que inspira al camino educativo.
La obra destacada de Montengón se
titula Rodrigo, es la primera novela
romántica hasta ahora conocida, publicada en el año 1770. “Por un lado cultiva
Montengón el ‘realismo épico’, que será habitual en la novela romántica, pues
se documenta a fondo sobre las costumbres del Medievo, por otro lado, la
protagonista Florinda es ya una de esas víctimas del amor y el melodrama que
serán pobladoras indispensables de la novela europea.”[1]
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