En el año de 1938, una generación de escritores, que se había dado a conocer con cierta inseguridad en las revistas Barandal (1931-1932), Cuadernos del Valle de México (1933-1934) y Taller Poético (1936-1938), se concentra en torno a la revista Taller (1938-1940).
Rafael Solana, el fundador de la revista Taller poético, en 1938, invita a comer a Efraín Huerta, a Quintero Álvarez y a Octavio Paz, con la finalidad de comunicarles su decisión de transformar a Taller Poético, en una revista literaria más amplia, en la que, además de poesías, se publicasen cuentos, ensayos, notas críticas y traducciones; para ello necesitaba la ayuda de sus invitados.
Tras este encuentro, se formó el pequeño grupo de responsables de la primera época de Taller. El primer número apareció en el mes de diciembre del año 1938 y fue publicado únicamente por Rafael Solana.
En el primer número aparecieron unos fragmentos de Octavio Paz, en prosa, versos de Efraín Huerta, un artículo en la sección denotas de Alberto Quintero Álvarez, así como un excelente ensayo del mismo Solana, un texto del oaxaqueño Andrés Henestrosa, que lleva por título Retrato de mi madre y algunos poemas inéditos de García Lorca.
La generación de Taller deja ver una impaciencia ante la frialdad y la reserva con que la nueva generación veía a las luchas revolucionarias mundiales.