sábado, 22 de febrero de 2014

La cultura Náhuatl y Maya

            Lo que se conoce como literatura prehispánica tiene importantes manifestaciones, principalmente en lengua náhuatl (cultura perteneciente a los pueblos del Valle del Anáhuac) y otros del tronco maya  (pertenecientes a los de la Península de Yucatán y Guatemala).

            Las composiciones literarias eran conservadas de modo oral, pero en muchos casos se recurrió a la interpretación de lo que aparecía pintado en lo que se denominaba en náhuatl un amoxtli (libro indígena) elaborado con largas tiras de papel amate o cuero de venado plegados, éstos contenían dibujos pictoglíficos muy desarrollados que permiten evocar los cantos y relatos a quienes estaban capacitados para interpretarlos.

            En la región nahua, era siempre un tlamatini o sabio indígena el encargado de interpretar los signos del amoxtli o libro de pinturas.
            Los amoxti eran elaborados por artesanos especializados conocidos como tlacuilos y los preservaban en verdaderas bibliotecas llamadas: amoxtacalli.

            Hay evidencia de que en la zona nahua existían, antes de la conquista española, al menos cuatro centros intelectuales con importante producción literaria México-Tenochtitlán, Tezoco, Puebla-Tlaxcala y Chalco-Amecameca.

            En la cultura maya se consiguió desarrollar una escritura glífica de carácter logosilábico, es decir que combinaban signos o glifos que representaban sílabas. Con ellos podían escribir textos labrados sobre piedras, o pintados sobre cerámicas y libros.
            Aunque no se tiene evidencia física de alguno de sus libros, se sabe que existieron. Lo que sí prevalece es la cantidad de textos en piedra labrada y cerámica. Los mayas también desarrollaron una tradición oral de cantos y relatos.
            La escritura de los nahuas era también logosilábica, pero inferior a la maya.
 

jueves, 20 de febrero de 2014

Literatura Mexicana: Periodo Prehispánico

LOS CÓDICES Y EL ALFABETO.                  

                      Se cuenta con muy pocos códices, debido a que fueron destruidos a la llegada de los españoles, cuando tomaron los edificios de amoxcalli o casa de los libros, donde se guardaban los amoxtli (que hoy se conocen como códices) y también por los “actos de fe” que organizaban los frailes europeos para aniquilar lo que ellos consideraban como “obras del demonio”.
            Se conservan actualmente en diferentes lugares del mundo, quince códices prehispánicos y 948 elaborados o copiados con posterioridad a la conquista, cuyo análisis ha permitido rescatar importantes muestras de la producción literaria del México prehispánico.
            Los materiales con los que fueron elaborados los códices eran: papel amate (planta de higo), piel de venado, tela de algodón tejida en telar de cintura, papel maguey, entre otros.

            En relación a los alfabetos, se tiene muy poco conocimiento; el más destacado es el que usaron los mayas.
            La cultura maya usó un sistema de escritura que llamó la atención, más tarde, al Fray Diego de Landa (arzobispo de la arquidiócesis de Yucatán), quien propuso la creación de un alfabeto maya, conocido en la actualidad como el “alfabeto Landa”.
            Se trata de un alfabeto con ciertos caracteres o letras con las cuales escribían los mayas, sus libros, sus cosas antiguas y sus ciencias. De esta manera se entendían y se daban a entender.