Autor: GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Cien años de soledad es escrita por el colombiano Gabriel García Márquez, es ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1982 y considerada en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX por el periódico “El Mundo”.
La novela narra la historia de la familia Buendía a través de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo. Los nombres de los personajes se repiten una y otra vez, generación tras generación. Está compuesta por 20 capítulos no titulados. En los 3 primeros se narra el éxodo de un grupo de familias y el establecimiento del pueblo Macondo, desde el capítulo 4 hasta el 16 se trata el desarrollo económico, político y social del pueblo y los últimos 4 capítulos narran su decadencia.
José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son primos que se casan llenos de presagios y temores por su parentesco. Un mito indicaba que de un matrimonio donde existieran vínculos familiares podía surgir un hijo con cola de cerdo, pero eso no les ocurrió a ellos. Tras una pelea de gallos en donde el animal de José Arcadio resulta vencedor, Prudencio Aguilar se molesta y José Arcadio lo reta a duelo. Prudencio es derrotado y muere al ser atravesado por una lanza en la garganta; sin embargo su fantasma atormenta a José Arcadio Buendía cuando se le aparece en repetidas ocasiones. Así es como José Arcadio decide irse de la sierra, con su esposa. Durante el camino José Arcadio Buendía tiene un sueño de espejos, que le predestina a fundar Macondo.
José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son primos que se casan llenos de presagios y temores por su parentesco. Un mito indicaba que de un matrimonio donde existieran vínculos familiares podía surgir un hijo con cola de cerdo, pero eso no les ocurrió a ellos. Tras una pelea de gallos en donde el animal de José Arcadio resulta vencedor, Prudencio Aguilar se molesta y José Arcadio lo reta a duelo. Prudencio es derrotado y muere al ser atravesado por una lanza en la garganta; sin embargo su fantasma atormenta a José Arcadio Buendía cuando se le aparece en repetidas ocasiones. Así es como José Arcadio decide irse de la sierra, con su esposa. Durante el camino José Arcadio Buendía tiene un sueño de espejos, que le predestina a fundar Macondo.
El pueblo Macondo es construido por diversas familias dirigidas por José Arcadio Buendía y Úrsula Igualarán, quienes tienen 3 hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta. José Arcadio Buendía (el fundador de Macondo) suele comprar inventos a Melquíades, quien muere en varias ocasiones y es el cabecilla de un grupo de gitanos, que aparecen una vez al año.
El pueblo poco a poco va creciendo y con ello llegan habitantes del otro lado de la Ciénega. Llega Rebeca, a quienes los Buendía adoptan como hija; por desgracia con ella, llega también la peste de insomnio y la peste del olvido. Un día regresa Melquiades de la muerte, con una bebida que restablece la memoria de los habitantes y en agradecimiento le invitan a quedarse a vivir. Melquiades escribe unos pergaminos que sólo podrían ser descifrados cien años después.
Al estallar la guerra civil, el pueblo toma parte en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía (segundo hijo de José Arcadio Buendía) para que luche contra el régimen conservador. El coronel se salva de morir en varias ocasiones, hasta que cansado de luchar, firma un tratado que paz que dura hasta el final de la novela. Durante su participación en la guerra tiene 17 hijos, todos con diferentes mujeres, los cuales reciben el nombre de Aureliano con el apellido de las madres.
Mientras tanto, en el pueblo, Arcadio (nieto del fundador José Arcadio Buendía) es designado por su tío, jefe civil y militar. Arcadio resulta ser un brutal dictador, quien es fusilado cuando el conservadurismo retoma el poder.
El coronel Aureliano regresa a casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller.
Aureliano Triste, uno de los hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo. Deja a cargo de la fábrica a su hermano Aureliano Centeno y marcha con la idea de traer el tren. Al poco tiempo regresa, cumpliendo su misión. Con el tren se genera un gran desarrollo, pues llega también el telégrafo, el gramófono y el cine. Con el crecimiento del pueblo se atrae a miles de personas de diversos lugares. Algunos extranjeros empiezan una plantación de banano, cerca de Macondo. Todo marcha bien, hasta el surgimiento de una huelga en la plantación bananera; se hace necesaria la presencia del ejército nacional. Los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al mar.
Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es asediado por las lluvias que se prolongan hasta 4 años, 11 meses y 2 días. Nace Aureliano Babilonia, inicialmente referido como Aureliano Buendía, pero se descubre por los pergaminos de Melquiades que su apellido es Babilonia. Úrsula muere a la edad de 120 años, cuando las lluvias terminan y el pueblo Macondo queda desolado.
La familia Buendía se ve reducida y en el pueblo, ya no se acuerdan de ellos. Aureliano se dedica a estudiar los pergaminos de Melquiades en el laboratorio, hasta que regresa de Bruselas, su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. Ella queda embarazada y al nacer su hijo se descubre que tiene cola de cerdo, Amaranta Úrsula muere desangrada, en el parto.
Aureliano Babilonia sale desesperado al pueblo, pero Macondo es ahora un sitio abandonado, únicamente encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente y se queda dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo. Cuando lo encuentra se da cuenta que las hormigas se lo están comiendo.
Aureliano recuerda que así estaba predicho en los pergaminos de Melquíades “el primero de la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas”. En medio de vientos huracanados Aureliano termina de descifrar los pergaminos, en donde estaba escrita la historia de los Buendía y, que al terminar de leerlos, él moriría y finalizaría la historia de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria humana, “porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra”
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