martes, 15 de julio de 2014

Breve reseña histórica de la Lingüística

        Al iniciar una breve reseña de la historia de la lingüística es necesario definir el significado y alcance de la palabra lingüística. En su acepción más amplia y general, se puede decir que la lingüística es la ciencia del lenguaje y abarca por lo tanto todos los estudios que tengan por objeto el lenguaje o algunos aspectos del lenguaje. En un plano más exclusivo, la lingüística tiene como objeto de estudio a la lengua.

            Dentro del campo de la Historia de la Lingüística entran: la Gramática, la Filología, la Lingüística comparada de carácter histórico o diacrónico, la Lingüística descriptiva o sincrónica, la Lingüística general, la Teoría del Lenguaje, la Filosofía del Lenguaje, etc.

            El avance de las ideas sobre el lenguaje aparece inicialmente en la Biblia, con ciertas alusiones de carácter etimológico o en consideraciones ingenuas y primitivas sobre el lenguaje hablado en los egipcios.

            En la antigua Grecia el lenguaje es visto desde un punto de vista filosófico y atendiendo exclusivamente a su propia lengua. Esta actitud filosófica se halla en Roma, en la Edad Media, en el Renacimiento y continúa hasta la actualidad.

            Los griegos comenzaron por organizar lo que se llamaba gramática, se proponían únicamente a dar reglas para distinguir las formas correctas de las formas incorrectas de la lengua; dicho estudio fue seguido por los franceses. Después apareció la filología, se asocia con el movimiento científico creado por Friedrich August Wolf a partir de 1777.

            En el siglo XVIII comienza a desarrollarse una ciencia del lenguaje independiente de la filosofía. Se tiene en cuenta la diversidad de lenguas existentes y se pone atención a la evolución constatable que han tenido esas lenguas. En 1816 Franz Bopp estudió las relaciones que unen el sánscrito con el germánico, el griego, el latín, etc.

           La lingüística propiamente dicha, nació del estudio de las lenguas romances y de las lenguas germánicas. Pero la gran revolución, la transformación total se produce con el suizo Ferdinand Saussure, en el siglo XIX, que dejando a un lado los estudios tradicionales de la lengua escrita y los escritos historicistas de la evolución y relaciones entre las lenguas, analiza el lenguaje a partir de la expresión oral dada en un momento determinado, es decir, en el actual. Así nace la lingüística estructural moderna. Él sentó las bases que convirtieron a la lingüística en una ciencia, principalmente al definir el objeto de estudio.




            En el siglo XX el lingüista estadounidense Noam Chomsky crea la corriente conocida como generativismo, en donde hay un desplazamiento del foco de atención que pasa de ser la lengua como sistema a la lengua como producto de la mente del hablante, la capacidad innata para aprender y usar una lengua. Según Chomsky, la capacidad de aprender una lengua es genética.



            A finales del siglo XX toma fuerza la escuela conocida como funcionalista, esta corriente considera que el lenguaje no puede ser estudiado sin tener en cuenta su propia función: la comunicación humana. La figura más destacada de esta corriente es el holandés Simon Dik.


            Tanto el generativismo como el funcionalismo persiguen explicar la naturaleza del lenguaje y han configurado el panorama de la lingüística actual, de ellas y de sus mezclas arrancan prácticamente todas las corrientes de la lingüística.

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