sábado, 4 de julio de 2015

Problemas que plantea la sinonimia (relaciones lexicosemánticas)

Cuando dos o más voces diferentes poseen un mismo significado. 

Son palabras sinónimas aquellas, que perteneciendo a una misma categoría gramatical, tienen una misma o muy parecida significación; sin embargo no es frecuente la sinonimia absoluta, es decir, la posibilidad de intercambiar en cualquier contexto una palabra por otra que tenga una misma o muy parecida significación. 

Variedad de ejemplo de ellos se encuentran al analizar dos versiones del libro del Apocalipsis, para este ejemplo se analizan solamente los capítulos 1 y 2.
           
Capítulo y versículo
Apocalipsis de la Santa Biblia, Reina-Valera versión de España del año 1909
Apocalipsis de la Nueva Biblia de los Hispanos del año 2005
1:3
Bienaventurado
Feliz
1:4
Vosotros
Ustedes
1:5
Príncipe
Soberano
1:7
Linaje
Tribu
1:18
Inferno
Hades
2:1
Candelero
Candelabro
2:6
Obras
Hechos
2:8
Postrero
Último
2:28
Estrella
Lucero

Unidades léxicas absolutamente diferentes en la forma tienen el mismo (semejante) contenido semántico. 

Por ejemplo en España se denomina al “automóvil” como “carro”; en Bolivia  se dice “auto”. Estas palabras se catalogan como sinónimos

miércoles, 1 de julio de 2015

Problemas que plantea la homonimia (relaciones léxicosemánticas)

           Tradicionalmente se habla de homonimia cuando se tienen vocablos distintos que coinciden en la expresión. “El esquema cognitivo virtualmente asociado a la homonimia se expresa como identidad de formas significantes con significados en principio no relacionados”[1].

            Las palabras homónimas son las que se pronuncian igual, se escriban o no de la misma manera.

            En cuanto a las fuentes de la homonimia, se habla en primer lugar, de la convergencia fonética. La evolución fónica provoca que se produzca una confluencia entre signos previamente diferenciados. Se pueden incluir los casos de yeísmo o seseo (vaya-valla) (cocer-coser).



            Además de la convergencia fonética, otra fuente de la homonimia está dada por la divergencia semántica. Los signos lingüísticos conocen nuevas aplicaciones que se alejan tanto del significado primario que llegan a constituir unidades diferentes.




            Las unidades léxicas son totalmente equivalentes en el plano de la expresión (forma) y divergen absolutamente en el plano semántico. Por ejemplo: la palabra “guagua” en España quiere decir una “chuchería sin importancia”; en Cuba y Puerto Rico “autobús”; en Ecuador y Perú “niño de pecho”; en Guatemala “espantapájaros”. Lo que se muestra con estos ejemplos es el fenómeno de la homonimia. En este tipo de distinciones léxico-semánticas es posible destacar varias especies de homónimos. El verbo “coger” es frecuente y estilísticamente neutro en España y algunos países latinoamericanos y significa “tomar”, “agarrar”, pero está proscrito en muchos países latinoamericanos (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Cuba, Perú y México), porque significa “copular”. Este ejemplo demuestra la importancia del buen conocimiento del uso latinoamericano de algunas unidades léxicas.
         



[1] Serra, Enrique y Wotjak, Gerard. “Cognición y percepción lingüísticas”, Valencia, España. 2004.  P. 80